El vicio de reírme sola como una loca mientras recuerdo tonterías. 
El de caminar sonriendo, sobre todo después de ver a alguien en otro mundo. 
El vicio de adentrarme en libros y vivir las historias, de sentirlas totálmente mías y leer poco a poco para no llegar nunca al final. 
De sentarme atrás en el coche y pensar en nada. 
Tengo el vicio de salir a la calle y mirar todo de una manera rara, de hacer encuadres como si fuera a fotografiarlo todo, y también de intentar decir las palabras que encajarían perfectamente en alguna de mis historias. 
Tengo el vicio de siempre creer que no me van a fallar. 
Y el de empezar las cosas por su final.

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